«No tengas miedo», le susurré. «Somos como una sola persona». De pronto me abrumó la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a la duda. Me rodeó con los brazos, me estrechó contra él y hasta la última de mis terminaciones nerviosas cobró vida propia. «Para siempre» concluyó... Así comenzó la historia de amor más adictiva de todos los tiempos.
"-Son vampiros, supongo, -se permitió decir Seth al cabo de un minuto para
compensar la reacción de Leah- quiero decir, tiene sentido, y si eso de
la copa de sangre ayuda a Bella, es algo positivo ¿no?
tanto Leah como yo lo miramos fijamente
tanto Leah como yo lo miramos fijamente
-¿Que?
-A mamá se le cayo demasiadas veces de pequeño, -me confio Leah- y parece que los porrazos se los dio todos en la cabeza también solia roer y chupetear las barras de la cuna.
- ¿Llevaban una mano de pintura de plomo?
-Tiene toda la pinta. -respondio ella - ¿Llevaban una mano de pintura de plomo?
Seth bufó" Jacob
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