
No sólo estoy lidiando con un caso extremo de lujuria, sino que hay una nueva amenaza en el Infierno, una a la que mi papá se empeña en ignorar. Algo más fácil de decir que hacer, desde que pareciera que hacia donde miro, los demonios están intentado matarme. Pero me parece bien, porque una de las cosas que he aprendido siendo la princesa del infierno, es que a veces tengo que tomar al demonio por los cuernos y abofetearlo un poquito.
Una rebelión en el infierno, demonios asesinos y besos ardientes, ¿Podría mi vida ser más interesante?
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